Todos sabemos que los juguetes pueden ser muy emocionantes. Pero cuando se juega con la imaginación es cuando un niño realmente se divierte de verdad. Además, todo ese mundo de fantasía se genera directamente en su cerebro, lo que le ayudará enormemente en su desarrollo social y emocional.

A pesar de no haber pantallas, los niños se involucrarán a tope en estos mundos fantásticos, sobretodo cuando les dejamos tomar decisiones creativas importantes. Las mejores actividades para cultivar la imaginación son aquellas en las que el niño es quien dirige el juego. Por eso hoy te traemos varias ideas de juegos de imitación para niños, en los que podrás ayudarlos simplemente preparando un escenario, y que ellos definan las reglas.

Añadir un nuevo final a su cuento favorito

Intenta que los niños cuenten su historia favorita y le añadan un final sorpresa. Podéis hacer turnos para decidir en qué dirección irá su aventura. Si os atascáis en algún momento podéis utilizar el clásico truco de hacer un cameo de un personaje de otra historia. Una vez completado el final sorpresa, el siguiente jugador deberá comenzar de nuevo desde el principio con un nuevo final ya en mente. 

Jugar a las adivinanzas

A los niños les encantará el ritmo rápido de las adivinanzas, ya que cada jugador tendrá solo un minuto para representar su objeto o personaje. Anota algunas palabras de adivinanzas sencillas como "comer", "jugar al fútbol", "leer" y "reír" en pedazos de papel que se pueden doblar por la mitad y poner en un sombrero o un recipiente. Si los niños son mayores, incluye personajes más complejos como por ejemplo un "pirata" o una “reina".

Crear un negocio

Pídeles, por ejemplo, que creen sus propios restaurantes y que les pongan nombres creativos. Luego, haz que diseñen menús que incluyan aperitivos, entrantes, postres y bebidas junto con los precios de cada artículo. Se divertirán coloreando y decorando los menús para adaptarse al tema de su restaurante. Una vez que hayan terminado sus menús, pídeles que dibujen un plano de cómo sería su restaurante. Puede ser muy interesante retomar este juego a lo largo del tiempo, para ver cómo los niños van desarrollando o modificando sus “empresas” a medida que van creciendo. 

Preparar un espectáculo

Una buena estrategia para conseguir que los niños tomen las riendas es pedirles que monten un show. Desde marionetas y espectáculos de talentos hasta historias de misterio o ciencia ficción. Si hay varios niños puedes hacer que por turnos designen a un director. De esta forma, cada uno podrá expresar su propia creatividad.

Juegos de rol

Fingir ser ninjas, princesas guerreras o médicos puede ser muy inventivo, pero crear roles también permite que los niños experimenten con emociones que aún no comprenden del todo. De esta forma los niños se sienten seguros para explorar, crecer y dar sentido al mundo que los rodea. Durante el juego hay que hacerles preguntas del tipo: "La paciente parece realmente asustada, ¿qué está pensando ella en este momento?" o "¿Qué puede ayudarla cuando está asustada?" Así los niños podrán aprender a entender las emociones desde otras perspectivas.

Vestir como adultos

Seguro que aún conservas alguno de tus viejos teléfonos plegables, entradas de conciertos, gafas y hasta algún DNI de cuando aún teníamos pelo y unos kilos menos, para recopilar en una "bolsa de adulto" para tus hijos. Añade una cartera con algunos euros en efectivo, para darle la carga perfecta de autenticidad. Los billetes y monedas de verdad, le ayudan a disparar su imaginación y meterse de lleno en el papel de adulto.

Recuerda que lo más importante para alentar la imaginación de un niño es dejar que él tome las decisiones. El juego de simulación no solo fortalece las habilidades sociales y emocionales, como la improvisación y la empatía, sino que también brinda a los niños la oportunidad de desarrollar habilidades sólidas para resolver problemas. ¡Imaginación al poder!